Retocar es una manera fácil y efectiva de mejorar sutilmente no sólo los retratos, sino también otras imágenes. Además de eliminar los defectos en la piel, podemos por ejemplo transformar una pared sucia, o eliminar algún elemento del vestido que nos estorbe o una parte de los alrededores del objeto.

Ya sea cuando queremos fotografiar a una modelo o cuando estamos de viaje con unos amigos y nos gustaría sacar algunas fotos, la naturaleza ofrece un entorno ideal para nuestras obras.

Hace mucho tiempo que los retoques no se limitan simplemente a la eliminación de las espinillas de la cara. Mejorar un retrato es cada vez más cómodo y efectivo gracias al avance de las herramientas basadas en la separación por frecuencia. Con ellas es posible modificar el color de la piel, sin desdibujar su estructura, o a la inversa, suavizar las arrugas manteniendo el color de la piel.