Realiza retoques fantásticos con la sobreexposición y la subexposición
Hay una gran variedad de procedimientos para retocar, pero a lo mejor os sorprende que, en el caso de los retratos, una de las técnicas más efectivas y utilizadas es la de la sobreexposición o la subexposición (aclarar u oscurecer) de determinadas zonas. Descubre cómo utilizar esta técnica de manera efectiva.
Para la técnica de sobreexposición y subexposición, se utiliza a menudo el término inglés: “Dodge and Burn”. Se trata de un procedimiento proveniente de la era de la fotografía analógica, gracias al cual, el fotógrafo sobreexponiendo determinadas áreas de la imagen, lograba aclararla más (dodge); o por el contrario; cubriendo determinadas áreas, las subexponía, oscureciendo así la imagen (burn).
Modificando el brillo de determinadas partes de la fotografía, se puede desviar la atención del espectador hacia donde queremos. Por el contrario, las partes en las que no queremos que se fije, pueden ocultarse disminuyendo el brillo, de manera que no destaquen tanto.
Sirve como ejemplo la foto del bosque que tenemos debajo: el agua y el cielo originales, los he oscurecido (subexpuesto), ya que llamaban demasiado la atención. Por el contrario, he sobreexpuesto el bosque para resaltarlo. El resultado es una imagen de una pasarela que conduce al espectador hacia el bosque, en vez de la imagen original, en la que el arroyo destacaba claramente sobre el resto, por lo que no era fácil fijarse en los otros elementos.
Ideal para los retratos
Cuando retocamos la piel, el objetivo es, por supuesto, eliminar las imperfecciones; pero también, conservar la estructura de la piel. Si simplemente difuminásemos la piel, obtendríamos una imagen de aspecto aplanado y plástico, sin poros. Parecería un retrato barato.
Por eso proporcionamos este truco. Las imperfecciones de la piel —tales como: los granos u otras—, en general, no estropean el aspecto general de la piel, pero sí la deforman de alguna manera. Si vemos las imperfecciones en la imagen es simplemente porque la iluminación se altera en esa zona: las aristas orientadas hacia la luz están más iluminadas y las contrarias están ensombrecidas. Si logramos sobreexponer y subexponer adecuadamente dichas aristas, las imperfecciones dejarán de ser visibles. ¡El resultado será una piel perfecta!
En el siguiente ejemplo, se puede observar el estado original, el resultado y el correspondiente mapa de los puntos que fueron sobreexpuestos (en verde) y subexpuestos (en rojo). Al final del proceso, no quedan huellas visibles de los retoques y la piel tiene una apariencia perfecta de los poros
Para retoques parecidos a este son muy prácticas las tabletas gráficas, de manera que si vamos a llevar a cabo esta tarea a menudo, es conveniente hacerse con una.
Pincel de retoques
En Zoner Photo Studio hay más opciones para realizar retoques. Una de las herramientas específicas para este uso son los pinceles Más claro (I) y Más oscuro (Shift+I). También es posible utilizar el pincel de efecto (E) seleccionando el efecto de Brillo, el cual, sirve para aclarar u oscurecer los lugares sobre los que pasemos el pincel.
Vamos a ver el pincel Más claro y Más oscuro.
Es particularmente útil configurar un mayor nivel de Difuminado, para que los bordes de nuestras pasadas al aclarar u oscurecer estén difuminados, y de esa manera, no resulten evidentes. Después de haberlo configurado de forma básica, ya no se debería modificar nada que no sea el Diámetro y la Intensidad.
El diámetro puede ir desde valores bajos (2–3), para pequeños detalles, hasta varios centenares de unidades. Se puede modificar el diámetro con la rueda del ratón, manteniendo presionada la tecla Shift. Es más práctico seleccionar valores bajos para el grado de Intensidad del pincel, del 3 al 20 por ciento. Siempre es posible incrementarlo.
Para hacer retoques es práctico aprender a moverse por la imagen (mantener presionada la barra espaciadora y arrastrando el ratón/tableta).
Veamos todos los pasos del retoque, mediante el uso de aclarar y oscurecer.
Paso 0: Original
Comencemos con la foto de una bella modelo, cuya cara cuenta con algunas imperfecciones, que debido a una mala disposición de la luz, se hacen más patentes. Para todo el ejemplo, he optado por un corte estrecho, para que se vean mejor los cambios.
Paso 1: reparación de los defectos pequeños
En el primer paso, voy a eliminar algunas imperfecciones pequeñas: arrugas y lunares. Aunque pueda parecer extraño, un lunar oscuro se puede convertir también en una piel normal aclarándolo.
Para este retoque hay que utilizar un pincel pequeño, con un diámetro de unos 2 a 5 píxeles (dependiendo de la foto) y con una Intensidad del 5-20% (y en estas dimensiones, se suele optar por valores bajos).
Después de retocar los pequeños defectos. Para ver los cambios, colocar un separador entre las imágenes.
Paso 2: reparación de los defectos grandes
La siguiente fase resultará más visible, ya que nos centraremos en zonas de mayor tamaño —en general, en grandes sombras—. Son elementos que necesitamos iluminar más, por ejemplo: debajo de los ojos o alrededor de la boca o en las mejillas.
El diámetro de la herramienta ahora será mayor y variará mucho, en función del elemento con el que trabajemos. La Intensidad será en general baja, en torno al 5 por ciento. Para controlar el resultado, es conveniente, de vez en cuando, reducir el Zoom y hacer la imagen más pequeña en el monitor, ya que así tendremos una idea mejor de lo que falla en cada parte.
Después de retocar los defectos grandes. Para ver los cambios, desplazar la barra separadora.
Paso 3: modelado de los rasgos
Este paso lo llevan a cabo fotógrafos más experimentados. Aquí no trataremos de corregir defectos, sino de aplicar mejoras. Destacaremos determinados rasgos faciales, como si se tratara de un maquillaje: oscureceremos los huesos de los pómulos, la barbilla y el contorno de la cara; para que la parte central sea más visible. Asimismo, tendremos que aclarar algunas partes.
El problema del modelado de los rasgos va más allá del alcance de este artículo, por lo que simplemente voy a mostrar las partes que he aclarado o sobreexpuesto (de nuevo en verde) y las que he oscurecido (rojo).
El resultado es una fotografía que a primera vista no resulta diferente de la del paso anterior, pero cuyos cambios se hacen patentes al comparar una con otra.
Modelado de los rasgos faciales. Para ver los cambios, desplazar la barra separadora.
Paso 4: los ojos
Pese a que he dejado los ojos para el final, su retoque es importante. Aquí, he aclarado ligeramente el blanco de los ojos (esclerótica) y he dibujado una sombra bajo el párpado. Como un retoque extra, he aclarado el reflejo de la luz en el ojo. Dicho reflejo le da “vida”, por lo que, si por algún motivo no lo tuviera, lo crearía.
Destacando los ojos. Para ver los cambios, desplazar la barra separadora.
Paso 5: posible corrección del color
En los retoques anteriores simplemente he modificado el brillo. Sin embargo, se da la siguiente circunstancia: las sombras, por lo general, tienen un color más intenso que las áreas iluminadas. Por eso, si en una determinada zona hemos aclarado u oscurecido mucho, los nuevos colores pueden tener una intensidad distinta de la de los alrededores.
A menudo este efecto no es perceptible, pero, sí es que es posible corregirlo cuando aparezcan determinadas zonas problemáticas; sin embargo, esta vez usaremos otras herramientas distintas de las de aclarar y oscurecer.
Para las correcciones, he utilizado un Pincel normal (no de retoques) con una intensidad de alrededor del 30 por ciento y en el modo “Color”. Después, ha sido suficiente con capturar el color adecuado, tomándolo de los alrededores de la zona problemática (con la tecla Control) y aplicarlo con el pincel allá donde lo necesitaba.
Podemos fijarnos, por ejemplo en el entrecejo, en el cual, ha aparecido un área gris tras aplicar los retoques anteriores. En este paso lo he coloreado de nuevo con el color de la piel de los alrededores.
Tras aplicar la corrección del color.
Comparación con el original
Ya hemos terminado. Tenemos un retrato retocado y listo. Comparemos las diferencias entre el original y el resultado final desplazando la barra separadora:
Para ver los cambios, desplazar la barra separadora
La técnica Dodge and Burn es sólo una de las opciones
La técnica Dodge and Burn no es en absoluto el único método para mejorar el resultado. Yo mismo utilizo otras más normales para trabajar más rápido. Sin embargo, algunas tareas, como el modelado de los rasgos faciales, son complicadas de llevar a cabo de otra manera y puede darse el caso de que no funcione nada que no sea la sobreexposición y subexposición. No siempre se usa para retratos, puede utilizarse para retocar unos sacos de dormir arrugados o el elemento más extravagante que se nos ocurra. Recomiendo experimentar a fondo con este método, ya que, nunca sabemos cuándo nos va a ser útil.
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