¿Qué tiene de especial el formato RAW?

¿Qué tiene de especial el formato RAW?

¿Alguna vez te has preguntado por qué motivo deberías fotografiar y almacenar en formato RAW? Después de todo, los archivos pesan mucho y hay que procesarlos en un PC antes de poder usarlos… Hoy veremos algunas áreas en las que el formato RAW lleva la voz cantante.

De vez en cuando, alguien nos recomienda usar RAW en lugar del formato JPEG habitual. La diferencia entre ellos es que, mientras los archivos JPEG contienen imágenes normales, que la propia cámara ha procesado, los archivos RAW contienen sólo datos «en bruto», es decir, un registro de las señales emitidas por el chip del sensor, que debe procesarse antes de convertirse en una imagen. En pocas palabras: RAW no es un acrónimo; RAW significa «crudo» en inglés, esto indica que se trata de datos sin procesar.

Una gran ventaja de los RAW es que contienen más información que las imágenes JPEG normales, por lo que podemos realizar ediciones importantes en las imágenes RAW durante el procesado y no perderemos calidad. Y lo que es más, en algunos casos, RAW incluso puede ayudarnos a salvar una foto que de otra manera tendríamos que desechar, por ser demasiado clara –o demasiado oscura– para guardarla.

Echemos un vistazo a algunos ejemplos en donde el formato RAW (a veces llamado procesamiento RAW) resulta ventajoso.

Quemados

En mi opinión, esta podría ser la mayor ventaja. Cuando estamos fotografiando una escena de alto contraste, por ejemplo, una con un cielo brillante, al guardarlo en JPEG, a menudo nos encontraremos con un área de gran tamaño con los píxeles totalmente blancos. Como no hay diferencias entre los píxeles contiguos de esta área, no hay nada que podamos hacer con ella. Oscurecer la imagen solo hará que el área completamente blanca pase a ser completamente gris. Pero en los archivos RAW, al oscurecer, a menudo se revelan detalles que siempre estuvieron allí, sólo que eran invisibles:

Qué tiene de especial el formato RAW: JPEG y RAW producidos con un mismo disparo.
La misma foto en dos archivos: JPEG y RAW producidos con un mismo disparo. Si trato de oscurecer el cielo (en este caso alrededor de 1.39 EV) en JPEG, todo lo que obtengo es una gran masa amorfa de un color uniforme. La que está en RAW la puedo oscurecer en mayor medida, aunque también aquí hay ciertos límites.
Canon 5D Mark III, Canon EF 16-35/2.8 II, 1/125 s, F8.0, ISO 160, distancia focal 27 mm

Incluso con RAW, existen límites, más allá de los cuales no podemos seguir oscureciendo. Los límites exactos varían de una cámara a otra. Pero en general, podemos oscurecer hasta aproximadamente 1 EV y aún así seguir teniendo una buena calidad de imagen. Así que, incluso si al fotografiar utilizamos 1/100 s en lugar de 1/200 s, nuestra imagen será probablemente salvable.

Balance de blancos

Esta es otra gran ventaja de RAW. Tan intuitivo como parece, el balance de blancos también puede causar una cierta pérdida de datos. Cuando estamos grabando en JPEG, este ajuste se realiza directamente en la cámara, y si está mal (porque lo hayamos configurado mal manualmente o por defecto de la cámara), cualquier corrección que realicemos en el PC más adelante significará una pérdida de calidad.

Si almacenamos en RAW, la cámara no aplicará ningún balance de blancos. Simplemente se limitará a proporcionar información sobre las configuraciones que usaría la cámara si aplicara balance de blancos. Podemos usarlos si lo deseamos, o utilizar diferentes configuraciones a nuestra elección.

Aquí hay un ejemplo de una imagen dañada al corregir el balance de blancos:

Qué tiene de especial el formato RAW: JPEG y RAW con un balance de blancos mal configurado (arriba) y después de la corrección en un PC para que el papel quede completamente blanco (abajo).
JPEG y RAW con un balance de blancos mal configurado (arriba) y después de la corrección en un PC para que el papel quede completamente blanco (abajo).
Canon 5D Mark III, Canon 24-70/2.8, 1.0 s, F18, ISO 200, distancia focal 58 mm

Incluso después de la corrección, los colores del JPEG se uniformizan, reduciendo el impacto visual de la foto. Con RAW no hay problema; el balance de blancos en el PC no reduce su calidad.

Control sobre los detalles

Supongamos que hemos tomado una foto demasiado oscura o con un rango de luces y sombras demasiado amplio. En cualquiera de los casos, habrá que dar más luz a la totalidad de la imagen o a una de sus partes.

Qué tiene de especial el formato RAW: Otra foto tomada en JPEG y RAW, que iluminaremos unos 4 EV.
Otra foto tomada en JPEG y RAW, que iluminaremos unos 4 EV.
Canon 5D Mark III, Sigma 50/1.4 Art, 1/200 s, F10, ISO 400, distancia focal 50 mm

Esta vez, para los resultados de la edición, estoy proporcionando una imagen complicada que requiere una explicación:

Qué tiene de especial el formato RAW: Los resultados al retocar el brillo en JPEG a la izquierda y en RAW a la derecha.
Los resultados al retocar el brillo en JPEG a la izquierda y en RAW a la derecha.

El primer plano del JPEG de la parte superior izquierda no muestra ningún ruido después de aumentar el brillo, pero está borroso, pese a que traté de desactivar la reducción de ruido. El archivo RAW, desarrollado con ajustes estándar y con un aumento del brillo (arriba a la derecha) tiene ruido, pero es considerablemente más nítido. Podemos elegir con precisión qué equilibrio deseamos entre la reducción de ruido y la nitidez… y tenemos la opción de usar diferentes intensidades para cada una en cada parte de la imagen. La imagen final basada en RAW puede quedar, por ejemplo, como la de abajo a la derecha (desafortunadamente hay un cierto efecto moiré y se ve algo rojo, tal vez sea un problema de esta conversión RAW en particular). Los archivos JPEG también se pueden enfocar y se les puede eliminar el ruido, pero conseguiremos datos menos detallados y cuanto más editemos, más pondremos de manifiesto los defectos de la compresión JPEG, por lo que incluso si nos esforzamos mucho, probablemente obtendremos el mismo ruido digital tan indeseable (abajo a la izquierda).

Editar en calidad superior

Técnicamente hablando, esto es lo mismo que el punto anterior, sólo que expresado de manera diferente. En formato RAW, los colores se almacenan con mayor precisión, hoy en día, hasta 14 bits para cada uno de los canales de color R, G y B, por lo que, en teoría, una imagen RAW puede tener, por ejemplo, hasta 16,386 tonos de verde. Las imágenes JPEG, en cambio, funcionan con 8 bits por canal, por ejemplo, solo 256 tonos de verde. Todos los tonos intermedios deben redondearse hacia arriba o hacia abajo.

Si realizamos modificaciones importantes de la imagen, esta diferencia puede ser bastante notoria. Las nubes son un ejemplo típico del problema. En general, contienen suficiente nivel de detalle, pero sus sombras están muy juntas, por lo que debemos aumentar el contraste e incrementar localmente el enfoque:

Qué tiene de especial el formato RAW: Como consecuencia de aumentar drásticamente el contraste, los colores que no eran discernibles antes se han vuelto visibles.
Como consecuencia de aumentar drásticamente el contraste, los colores que no eran discernibles antes se han vuelto visibles. (En este caso, eso no es un problema)
Canon 5D Mark III, Canon 16-35/2.8 II, 1/250 s, F8, ISO 100, distancia focal 33 mm

Esta captura de detalle muestra la ventaja del formato RAW sobre JPEG con bastante claridad:

Qué tiene de especial el formato RAW: Diferencia en el nivel de detalle.
Diferencia en el nivel de detalle.

Por supuesto, en ambos casos estamos aumentando el ruido, aunque luego, podemos intentar eliminarlo. Pero lo importante es observar que el procesamiento de JPEG ha provocado que haya bandas de un solo color, mientras que la imagen RAW aún muestra un degradado suave.

Corregir los defectos de la lente

Algunos convertidores RAW contienen perfiles sofisticados para lentes específicas (a menudo en combinación con una cámara específica). Podemos usar estos perfiles para hacer que un convertidor repare automáticamente los defectos comunes o para ayudar con el ajuste manual.

Aquí cabe mencionar que también podemos hacer ediciones similares con archivos JPEG. Pero como se describió anteriormente, así dañaremos la calidad de las imágenes; sin mencionar el hecho de que los perfiles para ediciones totalmente automáticas, generalmente, sólo están disponibles para formato RAW.

Qué tiene de especial el formato RAW: JPEG a la izquierda; RAW con corrección automática a la derecha.
JPEG a la izquierda; RAW con corrección automática a la derecha. Vista de detalle: la esquina inferior derecha de cada imagen.

En la ilustración anterior, podemos ver las correcciones de tres defectos:

  • distorsión de barril (observemos cómo las líneas de la izquierda son curvas, no rectas)
  • viñeteado, es decir, oscurecimiento en las esquinas
  • aberración cromática (observemos las tonalidades violeta y verde a la izquierda)

Algunas cámaras pueden, si lo deseamos, hacer estas correcciones por su cuenta. Sin embargo, eso nos quita la libertad de realizar correcciones manuales más precisas: cada objetivo para nuestra cámara tiene parámetros levemente diferentes, por lo que necesitará ediciones ligeramente diferentes.

RAW también tiene desventajas

Al igual que con todo, RAW tiene pros y contras. En este caso, el precio que hay que pagar es que siempre vamos a tener que hacer, al menos, un pequeño procesamiento en el PC, por lo que no podemos compartir nuestras imágenes inmediatamente en, digamos, Facebook. El tamaño del archivo RAW, es varias veces más grande que un archivo normal, lo que también nos puede suponer un problema. Por último, pero no por ello menos importante, necesitaremos utilizar software para procesamiento RAW. Zoner Photo Studio, con el convertidor DNG nos facilita el procesamiento RAW, lo que constituye una buena opción. Pero hay que tener en cuenta que cuando compramos una cámara nueva, es posible que nuestros archivos RAW aún no sean compatibles con ningún convertidor, ni siquiera con el convertidor DNG.

A pesar de todo esto, recomiendo encarecidamente usar RAW y sugiero recurrir a él siempre que deseemos obtener el máximo potencial de nuestras fotos.