Cómo empezar con la fotografía
Se dice que la práctica hace maestros, esto también es aplicable a la fotografía. Sin embargo, seguimos viendo a personas que, aunque leen mucho sobre este género, cuando tienen la cámara en las manos, no saben qué hacer con ella. Todo, pese a que conocer los fundamentos de la fotografía es un juego de niños. Para evitar esto, prepárate a aprender a hacer fotos con nosotros.
Primero que hay que aclarar algo: todo el mundo puede hacer fotos. La fotografía no es nada más que la expresión de cómo la gente percibe el mundo y desde dónde lo divisa. La fotografía es un arte, y como tal, no tiene reglas fijas. Así que, tú también puedes convertirte en un artista.
Por supuesto, hay muchos límites que por lo general no deberíamos rebasar, pero nadie nos impide saltárnoslos en algunas situaciones. Después de todo, la transgresión de las normas habituales es lo que conduce al desarrollo.
Entre las prácticas que deberíamos seguir, está la de la sección áurea. Es por eso por lo que las imágenes centradas son desagradables a la vista. Incluso para esta regla, como veremos más adelante, existen excepciones.
Ahora, descubre con nosotros las distintas etapas por las que todo principiante debería pasar en algún momento.
Equipamiento
Si no sabes qué equipamiento comprar, merece la pena echar un vistazo a nuestras entradas. Tampoco debes dudar en consultar a expertos, a amigos o incluso puedes escribir tus preguntas en los comentarios de este artículo. Asimismo, conviene buscar en internet y leer los artículos técnicos sobre las características y especificaciones de la cámara.
¿En qué tenemos que fijarnos?
Como principiantes, no tiene sentido adquirir una cámara de 2.000 euros. Debemos pensar para qué vamos a usar la cámara. De hecho, hay varios tipos de fotógrafos.
- Los profesionales, que viven de la fotografía. Por ello, también necesitan una cámara con una calidad y un precio distintos de los otros grupos de fotógrafos.
- Semiprofesionales, que fotografían por afición y también por encargos ocasionales de clientes.
- Las personas que fotografían sólo por placer. A éstos, a menudo les basta con una cámara compacta.
Si estamos considerando adquirir una cámara réflex, incluso si pertenecemos al tercer grupo, es posible adquirir cuerpos bastante decentes por unos 300 euros. Pero si queremos hacer fotos «de recuerdos» con las que pretendamos registrar un lugar o un acontecimiento, en realidad nos bastará con una cámara compacta.
Lo más seguro es que todos nosotros tengamos a alguien cercano que ilustre claramente esta última situación. Un ejemplo digno podría ser mi abuela, a la cual llevo años intentando convencer de que se compre una nueva cámara digital para sustituir su analógica. Siempre me responde que no quiere. Le basta con tomar un recuerdo. Con que en la foto se vea más o menos lo que ha acontecido, ya está satisfecha. Eso es todo lo que necesita.
Por lo tanto, primero debemos tener claro, qué calidad y qué resultados vamos a esperar de nuestro dispositivo. Por supuesto, esto debe estar en consonancia con el tipo de fotógrafo que seamos.
Además, todo tiene su tiempo. Nadie dice que los fotógrafos aficionados no puedan convertirse con el tiempo en profesionales. Podemos empezar tranquilamente con una cámara compacta y después ir progresando. Para que quede claro lo que quiero decir, voy a compartir la experiencia de nuestro editor y fotógrafo Vít Kovalčík:
«Mi primera cámara la adquirí en 2005, una pequeña Minolta G400 compact. Era muy práctica y robusta. La llevaba conmigo a menudo y fotografiaba todo, desde paisajes y ciudades hasta a mis amigos jugando a la petanca. Descubrí que me gustaba probar diferentes ángulos y composiciones, por lo que empecé a interesarme más por la fotografía. Poco a poco me fui haciendo con un equipamiento mejor, de manera que pudiese poner en práctica lo que iba aprendiendo. Y así he seguido hasta hoy. En la actualidad, voy por mi octava cámara y vivo de la fotografía, pero aún así, siento que siempre me queda algo por aprender y que tengo que mejorar mi equipamiento y mi manera de editar las fotos».
Análogamente, no tenemos por qué adquirir de inmediato un trípode, un mando a distancia, un flash externo y otras cosas. Todo llegará con el tiempo. Una vez que se seleccionemos la cámara adecuada, tenemos que ir a lo más importante:
Cómo empezar con la fotografía
Si hemos optado por una réflex, es mejor olvidarnos del modo automático. En su lugar, debemos centrarnos en los siguientes programas:
- A/Av: selección de la apertura (diafragma),
- M: modo de selección de la exposición,
- P: modo semiautomático programable,
- S/Tv: selección de la velocidad de obturación.
Para usar cualquiera de estos programas, necesitamos saber los puntos básicos de la apertura, del tiempo de exposición (velocidad de obturación) y de la ISO, porque el aspecto de la imagen dependerá principalmente de la combinación de estos tres valores, que definirán la exposición.
La velocidad de obturación o tiempo de exposición
El tiempo de exposición no es más que el período durante el cual dejamos que incida la luz sobre el sensor. Cuanto más breve sea el tiempo de exposición (por ejemplo, 1/4000 s), más oscura será la imagen. Por el contrario, cuanto más largo sea el tiempo (½ s), más clara será la fotografía.
El diafragma o apertura
Con la apertura se puede controlar la cantidad de luz que incide sobre el sensor. Cuanto menor sea el valor de la apertura (por ejemplo, f / 1,8), más abierta estará y más luz llegará al sensor. También con un bajo valor conseguiremos que salga difuminado el entorno del objeto al que estamos enfocando. Por el contrario, para valores altos (por ejemplo, f / 18) tanto el primer plano, como el fondo, saldrán enfocados.
ISO
El calor de la ISO determina la sensibilidad del sensor a la luz. Cuanto mayor sea el valor de la ISO, más brillante será la imagen. También, cuanto mayor sea el valor ISO, más ruido digital aparecerá en la foto.
Con las cámaras réflex convencionales, la ISO varía entre 100 y 6400. Si fotografiamos en un lugar bien iluminado o con luz solar directa, debemos seleccionar la ISO más baja posible.
¿Qué otras cosas tenemos que tener en cuenta al fotografiar?
La Composición
Debemos recordar que, cuando el sujeto no está en el centro, la imagen suele ser buena. Es la regla de la sección áurea, o también, la regla de los tercios. En algunos modelos de cámaras, incluso se puede especificar que ya aparezca en la pantalla del visor un enrejado que nos simplifica la composición «en tercios».
Los aficionados tienden a fotografiar objetos ubicándolos en el centro. Sin embargo, esto no es natural para el ojo. Si pensamos en la composición, conseguiremos unas fotos más profesionales.
Como para todas las cosas, también en este caso existen excepciones a la regla de la sección áurea. Si las líneas convergen hacia el centro de la fotografía, puede resultar impactante colocar el objeto en el centro.
Una vez que dominemos la regla de los tercios, no debemos dudar en experimentar con diferentes perspectivas o ángulos. No debemos olvidarnos de que la línea del horizonte no quede torcida, no sólo en el caso de los paisajes, sino también en el caso de los edificios. También, debemos evitar los ángulos poco favorecedores al hacer retratos.
¿Qué fotografiar?
Sólo nos queda una cosa: ¿Qué podemos fotografiar? La respuesta es sencilla. Cualquier cosa. En este caso, no hay límites. Inspirémonos en otros fotógrafos, experimentemos con los ángulos, los colores y los estilos y aprendamos de ello.
Al principio, lo más seguro es que estemos entusiasmados, por lo que apretaremos el gatillo a la mínima ocasión. Al examinarlas posteriormente, tiraremos a la basura unos cuantos cientos. Más tarde, sin embargo, aprenderemos que merece la pena limitarse a tomar fotos de momentos muy particulares, que tengan «algo de miga».
No debemos tener miedo de experimentar. Hay que tratar de fotografiar con distintas configuraciones, con ángulos distintos o en otros colores. Podemos, por ejemplo, fotografiar una y otra vez a nuestro gato, el cerezo de nuestro jardín, a nuestra novia… lo que sea.
No es necesario fotografiar con la cámara más cara. Podemos fotografiar sin problemas con el móvil. Tenemos que encontrar lo que nos gusta y en función de eso, iremos haciéndonos con mejor equipamiento para ese fin. Si queremos seguir mejorando, sin duda no debemos dejar de leer artículos que nos instruyan e inspiren, en Aprender Fotografía encontraremos una gran cantidad.
No debemos tener miedo de compartir nuestras obras en Facebook, Instagram o Zonerama. Esto nos empujará a seguir, a la vez que aprenderemos de las críticas o de las alabanzas de los fotógrafos experimentados.
Sin embargo, no debemos olvidar lo que nos hace originales, nuestro estilo de fotografiar. En ninguna parte está escrito y lo que es bueno y lo que no. Cada uno ve el mundo de distinta manera, a cada uno nos gustan unos colores diferentes y lo que a nosotros nos puede parecer muy interesante, otros no lo apreciarán.
Los comienzos con la fotografía pueden ser realmente difíciles. En este caso, conviene recordar la famosa máxima latina: «El éxito depende del esfuerzo». Con que entendamos los principios básicos, nos podemos adentrar en un camino de posibilidades ilimitadas. Nuestras imágenes irán cobrando vida. De eso precisamente se trata: de mejorar constantemente.
Así que, si estamos pensando en empezar a fotografiar, no debemos dudar en emprender la maravillosa aventura de aprender; de tropezar y de caer, pero también, de momentos bellos y de hitos logrados.