6 consejos básicos para hacer fotografías del agua
Podemos mirar una masa de agua desde diferentes ángulos. A veces, veremos un paisaje vasto y fascinante de una película, otras veces, un pintoresco arroyo de montaña y otras incluso, una reverberación llena de vida. Descubre las posibilidades de fotografiar el agua y aprende a trabajar con ella. Estos seis consejos te ayudarán.
La ventaja de fotografiar el agua es que encontramos ejemplos a nuestro alrededor, por todas partes. Además, prácticamente todas las formas en las que la hallamos son fotogénicas. Puedes dar con muchos ejemplos cerca de tu casa, pero si notas que te falta «algo», siempre es posible alejarse más siguiendo el curso del agua.
Fotografiar el agua «al por mayor»
Las grandes masas de agua —tales como las lagunas, los lagos y el mar—, nos imponen. Si las combinamos con una puesta de sol, podemos lograr maravillas.
Un factor muy importante es el tiempo de exposición. El primer ejemplo se tomó utilizando un tiempo de 1/13, pero la escena cambia drásticamente con la exposición más larga. En este caso, me gusta más la primera variante (más enfocada), pero en otros casos, puede ser al revés. Así que, si tienes un trípode a mano y utilizas un valor de tiempo de obturación alto y / o usas un filtro ND, podrás hacer buenas fotos con una exposición de, por ejemplo, 2,5 segundos. Una muestra es la imagen de abajo, en la que se pierde el movimiento del agua y la imagen obtenida parece sacada de un sueño:
Para fotografiar el agua, no siempre es necesario contar con la puesta de sol. También se pueden tomar buenos ejemplos durante el resto del día. Además, en lugar de embalses, podemos fotografiar el mar. La diferencia es que para que la foto no resulte aburrida (ya que al fondo no se verán colinas, como la de Pálava), es conveniente incluir en la toma parte de la costa.
Cómo fotografiar lo que se refleja en el agua
También resulta bonito cuando algo se refleja en el agua, como en este ejemplo del monte Cervino (Matterhorn).
Para conseguir un reflejo similar necesitamos que el agua esté muy tranquila. En concreto, para este tipo de ejemplos, sólo por la mañana temprano, porque después se levanta el viento y el resto del día sólo se ve la montaña, pero no el reflejo.
Por tanto, es más fácil tomar fotografías de objetos reflejados en masas de agua muy pequeñas, en las que no hay grandes olas. Los mejores candidatos para este tipo de fotos son los estanques de los castillos y palacios.
Si bien, como norma general, en las fotos de paisajes conviene poner el horizonte significativamente más bajo o significativamente más alto, para las de reflejos, suele ser mejor situarlo en el medio. De esta manera aportamos a la toma grandeza y simetría. Pero tampoco tenemos que tomar esta recomendación al pie de la letra, una superficie tranquila nos permite experimentar con diferentes tomas, como por ejemplo la siguiente.
Para los que estén interesados en este tipo de fotos, les recomiendo leer el artículo dedicado sólo a los reflejos.
Cómo fotografiar el agua a contraluz
Las fotos tomadas con el sol de frente requieren un manejo especial. Si tenemos suerte y la luz no es muy intensa, la cámara logrará capturarla en su rango dinámico. En un caso extremo, el sol aparece en la imagen muy «quemado». Y como también se refleja en la superficie, la fotografía, en su mayor parte sale muy brillante.
Si el problema es demasiado significativo, hay dos soluciones básicas. Una, es tomar una imagen muy oscura e iluminar con ayuda del ordenador todo, excepto el sol y su resplandor; de esta manera, evitamos que aparezcan áreas quemadas.
Otra opción, es tomar varias fotos con diferentes exposiciones y, por lo tanto, con diferentes oscuros y claros. Esta función está disponible en las cámaras bajo el nombre de Exposure bracketing y cuando la activamos, la máquina dispara automáticamente una serie de imágenes graduando la exposición. El resultado puede combinarse en una sola foto en el ordenador.
Fotografiar el agua con un filtro polarizador
Para los reflejos existe otro truco más: la ayuda de un filtro polarizador. Con la orientación adecuada, elimina los reflejos del agua y nos dejará ver lo que hay bajo la superficie. La diferencia entre tomar una foto del agua con y sin filtro de polarización puede observarse en el siguiente par de imágenes.
Lamentablemente, la reducción de los destellos sólo funciona en ciertos ángulos (alrededor de 45 grados hacia abajo desde el horizonte).En la imagen de arriba es más notoria en la mitad inferior, pero cerca del horizonte, los reflejos vuelven a ser visibles.
No siempre es necesario eliminar completamente los reflejos. Al fin y al cabo, el lo que hacen que el agua sea agua. Por lo tanto, también podemos orientar el filtro de manera que conserve parte de los reflejos.
Cómo fotografiar el agua de las fuentes
Los paisajes urbanos también son fotogénicos. Debido a las pequeñas dimensiones de las fuentes, es fácil recorrerlas fotografiándolas desde diferentes ángulos. En unos segundos obtendremos una gran cantidad de tomas diferentes.
Si al fotografiar el agua encontramos un ángulo desde el cual se ve también el reflejo de la propia fuente, tendremos más opciones para jugar con la composición.
Otra opción es centrarse en los detalles del agua de los surtidores. Sin embargo, como se puede ver, incluso con un tiempo de 1/640 las gotitas de los chorros siguen apareciendo borrosas. De manera que si de verdad queremos plasmar la corriente sin que se perciba ningún movimiento, necesitamos un tiempo aún más corto.
Un caso especial lo constituyen las fuentes iluminadas por la noche. Con un trípode y tiempos de exposición largos podemos conseguir que los detalles del agua salgan borrosos y en vez de centrarnos en capturar éstos, intentaremos ver el conjunto. Además, de esta forma nos desharemos fácilmente de los turistas. Gracias a que la exposición es prolongada, saldrán desdibujados y se esfumarán.
Fotografiar el agua de arroyos y ríos
Otro tema en torno al agua, son los cursos naturales. Al fotografiar pequeños arroyos son particularmente importantes sus alrededores, porque van a llenar gran parte de la imagen.
Para que la foto resulte interesante, es esencial la forma del curso. Cuando discurre recto, sin más, puede que la foto no sea mala, pero por lo general, no llamará la atención del espectador. Es mejor buscar algún cambio de dirección. Por ejemplo, es común que los arroyos en los bosques formen algún meandro en forma de S.
Aún más interesantes son los cambios de dirección verticales, que podremos encontrar en las montañas o colinas. Los arroyos de este tipo, nos permiten obtener planos menos habituales. Esta es una cascada artificial en un riachuelo en los Alpes alemanes.
Inténtalo tú mismo
Las imágenes de este artículo se deben interpretar como una pequeña muestra para nuestra inspiración. Las posibilidades en este campo son innumerables y puede adentrarse en él, tanto alguien que admira los grandes escenarios, como alguien entusiasta de los pequeños detalles. Basta con ir al curso de agua más cercano y empezar a fotografiar.
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