10 razones por las que tus fotos no salen nítidas
Todos los fotógrafos intentan que sus fotografías salgan nítidas, si no en la totalidad, al menos en un área determinada de la imagen. No obstante, no siempre se tiene éxito. Hay una gran diversidad de factores que pueden influir negativamente en el resultado.
La siguiente lista no es exhaustiva. Hay muchos otros problemas que pueden interponerse en nuestra ruta hacia una buena fotografía. Hemos escogido aquéllos que hay que vigilar siempre.
1. Demasiado tiempo en nuestras manos
Nuestros brazos, como los de todos los humanos, no son de acero, ni completamente estables. Tiemblan y se mueven, por lo tanto, no es posible fotografiar utilizando el tiempo de exposición que queramos, la fotografía debe tomarse en una fracción de segundo.
Dependiendo de la distancia focal del objetivo, utilizaremos un tiempo de exposición mayor o menor. Los teleobjetivos pueden aumentar significativamente el alcance de nuestra cámara, pero cada milímetro que se desplazan nuestras manos por error, se traduce en una desviación de un metro, o más, de los objetos que queremos fotografiar.
Por lo tanto, la regla básica que debemos aplicar es configurar un tiempo de exposición de [1 / distancia focal] segundos o menos. Con un objetivo ancho, de 30 mm, nos podemos conformar con 1/30 de segundo, mientras que con un teleobjetivo de 300 mm necesitaremos un tiempo mucho más breve, como 1/300 seg.
Si con un tiempo tan corto no logramos tener la luz suficiente, es necesario tratar de aumentar la ISO o utilizar el estabilizador, si es que nuestra cámara dispone de uno. Si ninguna de estas opciones funciona, otras alternativas son: recurrir a un trípode o apoyarse en alguna pared.
Si no tenemos cerca nada de eso, al menos, podemos pegar los brazos a nuestro propio cuerpo. De esta manera, aumentamos la estabilidad y podremos aguantar quietos un poco más. Si además nos apoyamos contra un árbol, conseguiremos un mayor nivel de estabilidad.
2. Demasiado tiempo para los elementos que queremos retratar
Puede ser que configuremos perfectamente la estabilidad de la cámara, pero que sin embargo, estemos fotografiando a personas u otros seres vivos, cuyo movimiento hará que las imágenes salgan igualmente borrosas.
Por este motivo, se recomienda que al fotografiar actos sociales, el tiempo de exposición sea de 1/100 segundos o más breve. En el peor de los casos, 1/50 segundos, pero en ese caso, debemos contar con un riesgo mayor de que salgan desenfocadas.
Si vamos a intentar tomar fotografías de una competición deportiva, el tiempo debe ser mucho más breve. Puede ser más o menos 1/500 de segundo, aunque depende de las fotografías deportivas y del estilo.
En este caso, ni el estabilizador ni el trípode sirven de ayuda, ya que, si se trata de un deporte a cubierto, con una cantidad de luz limitada, la única solución es disponer de una buena cámara y un buen objetivo.
3. No utilizar un trípode
En contrapartida, hay casos que requieren el uso de un trípode. Puede tratarse de una fotografía especial, como las de los fuegos artificiales, las estelas de las estrellas, o el rastro que dejan las luces de los coches. También lo utilizan a menudo los fotógrafos de paisajes.
Un trípode nos ayudará a fotografiar con tiempos de exposición de segundos o incluso minutos. Sin embargo, trabajar con él no es tan sencillo, por lo que recomiendo leer detenidamente cómo se usa un trípode.
4. Estabilizador activado
Normalmente, lo mejor es tener el estabilizador siempre en funcionamiento, pero hay casos en los que es mejor apagarlo.
Principalmente, cuando disparamos con un trípode, el estabilizador, lo que ocasionará, será que la imagen vibre más, tal y como se explica en el artículo sobre uso del trípode anteriormente mencionado.
El segundo caso, son los deportes, o los casos en los que seguimos el movimiento de un objeto (paneo, barrido o panning). En ese caso, el estabilizador nos impide que captemos el movimiento, por lo que, por ejemplo, en una fotografía como la siguiente, podría haberse dado la situación en la que la motorista quedase borrosa, y el fondo nítido.
Algunos mecanismos de estabilización no sólo ofrecen las opciones de activado, desactivado, sino también una tercera opción: «activado para un solo eje», lo que precisamente resuelve esta situación.
5. Estabilizador desactivado
Me suele pasar que, después de usar un trípode, me olvido de volver a activar el estabilizador. Asimismo, a veces pulsamos por accidente el botón del estabilizador mientras cambiamos de objetivo, cuando usamos guantes, o cuando la sacamos de la funda.
Por lo tanto, es mejor permanecer alerta, y si la imagen que vemos en la pantalla parece como si temblase, será mejor comprobar que de verdad esté encendido el estabilizador.
6. Poca profundidad de campo
Los problemas con la profundidad de campo se ponen de manifiesto principalmente en dos situaciones.
La primera situación, se da por ejemplo cuando usamos una cámara réflex con un objetivo iluminado, por ejemplo con una apertura de diafragma de f / 1.8, que hace buenas fotos de noche. La gente se verá nítida y separada del fondo, que saldrá difuminado, esto es precisamente lo que nos interesa. Los problemas surgen al fotografiar a grupos de gente. Es importante darse cuenta de que para tales imágenes tendremos que renunciar a una alta luminosidad y reducir la abertura del diafragma a f / 2.8 o incluso f / 4. De lo contrario, bastará con que alguien del grupo esté medio paso más atrás, para que salga borroso al igual que el fondo.
La segunda situación problemática aparece al fotografiar paisajes; cuando queremos incluir algunos elementos cercanos de pequeño tamaño, junto con elementos lejanos del horizonte. A veces puede que no sea suficiente con la máxima abertura de diafragma de nuestra cámara y la única solución es juntar dos imágenes, una enfocada para los objetos cercanos y otra, para los lejanos.
7. Enfoque incorrecto
El enfoque automático puede funcionar mal, ya que, los pequeños detalles del entorno hacen que se confunda.
Los arbustos detrás de la gente son traicioneros, ya que el enfoque automático encontrará en ellos muchos puntos de contraste en los que centrarse. En la fotografía de abajo, en cambio, la modelo tenía algunos cabellos delante, y a la cámara le parecieron más interesantes que la propia cara de la modelo.
8. Objetivo de mala calidad o defectuoso
Si trabajamos a nivel de píxeles, hay una gran diferencia entre un objetivo caro y de calidad y sus hermanos más baratos, que están diseñados principalmente para principiantes. Por eso hay páginas de internet que se dedican a hacer test detallados de las lentes. Si notamos que tenemos problemas con el objetivo, la única solución es informarse bien y adquirir un equipo caro.
En la ilustración podemos ver la diferencia entre un objetivo de calidad y otro de alta calidad, en concreto se trata de un Canon 16-35/2.8 versión II, comparado con su sustituto, la versión III en el caso más difícil: con f / 2.8
En casos extremos, podemos incluso encontrarnos un ejemplar defectuoso. Esto es más difícil de descubrir, pero si obtenemos todo el rato malos resultados, incluso cuando las valoraciones de los usuarios dicen lo contrario, es una buena idea visitar el servicio técnico.
9. Filtro sucio o de mala calidad
Un objetivo de calidad es esencial, pero siempre es posible estropear el resultado con un mal filtro. En el caso de un objetivo de calidad, no hay peligro de que nos traicione, pero, cuidado con los productos chinos baratos. Pueden hacer que una foto originalmente nítida, salga borrosa y de propina, pueden añadir un montón de reflejos no deseados.
10. No usar a herramienta de enfocar en el ordenador
Los fotógrafos experimentados siempre enfocan las fotografías antes de publicarlas, y siempre lo hacen una vez reducidas al tamaño deseado. Si simplemente modificamos el tamaño de la imagen sin enfocarla después, la presentación de nuestro trabajo se ve mermada. Sobre este tema podemos leer en detalle el artículo sobre maneras de enfocar las imágenes.
Para tener imágenes nítidas
Tal vez los puntos anteriores ya los conocías, tal vez hayas aprendido algo nuevo. En cualquier caso, es bueno ser cuidadoso, y si necesitamos una foto muy nítida, no debemos apresure al disparar. Tan pronto como notemos que algo no sale bien, debemos examinar el problema. Los fotógrafos experimentados, por ejemplo, reconocen cuál es el tiempo de exposición que la cámara réflex ha escogido, sólo por el ruido que hace, por lo que pueden corregirlo en las imágenes sucesivas.
Sin embargo, hay otros problemas que necesitan ser comprobados regularmente y se requieren ciertos conocimientos. Como recompensa, si nos preocupamos de ellos, obtendremos unas fotografías que incluso sin posprocesamiento superarán en calidad a las de los principiantes.
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